Ya no me llama con otro nombre, directamente no me llama. Antes el arreglaba las cosas con abrazos, ahora no las quiere ni arreglar. Yo quiero hacerlo todo por él, y él no quiere que haga nada. No voy a donde él, pero me muero de ganas. Tampoco viene donde mí, ni tampoco quiere hacerlo. Ya no jura nada, ni siquiera se hace el loco. Yo hablo y no se si escucha. Él no habla, y yo escucho todo lo que no dice. Pero hay algo que sigue siendo como siempre; él se va y yo me muero. Yo me voy, mientras que pienso en él y se que él le importa una mierda. Antes decía que me quería, yo le dije que le odiaba. Y ahora es cuando me arrepiento de no decirle que en realidad yo no le quería, YO LE ADORABA.
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